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Consejos prácticos ante una crisis de salud mental

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La salud mental constituye un elemento esencial en la vida de las personas, al igual que la salud física, aunque frecuentemente se deja en un segundo plano. Un problema de salud mental puede presentarse en cualquier instante y impactar a cualquier individuo, sin importar su edad, género, estado financiero o entorno cultural. Conocer las acciones adecuadas frente a una crisis, ya sea personal o de alguien próximo, puede ser decisivo entre una recuperación exitosa y el empeoramiento de la condición.

Identificando una situación de emergencia en salud mental

El primer paso fundamental consiste en identificar los signos de una crisis. A menudo, las señales pueden ser confusas o interpretadas erróneamente como un malestar pasajero. Sin embargo, existen ciertos síntomas comunes que conviene tener en cuenta:

Cambios bruscos en el comportamiento: retraimiento social, abandono de actividades cotidianas o cambios notables en la manera de relacionarse con los demás.

Maneras de expresar desesperación o impotencia: oraciones como “no aguanto más”, “todo se ha perdido” o “nadie puede ofrecerme ayuda”.

Alteraciones emocionales extremas: ansiedad aguda, ira incontrolable, tristeza profunda o miedo irracional.

Síntomas físicos: dificultad para dormir, cansancio intenso, variaciones en el apetito o malestares corporales sin explicación evidente.

Pensamientos suicidas o autolesivos: comentarios directos o indirectos sobre el deseo de morir o hacerse daño.

Detectar estos síntomas es esencial para actuar de manera oportuna. Una encuesta de la Organización Mundial de la Salud revela que más del 75% de las personas con trastornos mentales no reciben tratamiento adecuado, en parte debido a la falta de reconocimiento de estas señales en las etapas iniciales.

Acciones inmediatas frente a una situación crítica

1. Garantizar la seguridad

La seguridad de la persona involucrada y de quienes se encuentran a su alrededor es lo más importante en una situación de crisis de salud mental. Si hay peligro inmediato de que alguien se haga daño a sí mismo o a otros, es crucial contactar con profesionales de la salud sin demora. En diversas naciones, hay servicios de emergencia especializados en situaciones de crisis psicológicas que pueden proporcionarte orientación sobre los pasos a seguir en el momento.

Ejemplo contextual: En España, el Teléfono de la Esperanza (717 003 717) y el 112 brindan asistencia especializada en situaciones de emergencia mental. No vaciles en comunicarse con ellos si es necesario.

2. Brindar apoyo emocional sin prejuicios

Prestar atención con interés y empatía es esencial. Expresiones como “te apoyo” o “te acompaño” comunican proximidad y entendimiento. Es crucial no restar importancia a las emociones de la persona ni intentar solucionar el problema al instante. Evite comentarios como “alégrate” o “debes ser fuerte”, ya que esto puede aumentar la percepción de falta de comprensión.

3. Facilitar la búsqueda de ayuda profesional

Buscar ayuda psicológica o psiquiátrica es imprescindible en estos casos. Si la persona afectada se muestra renuente, acompáñala en el proceso de encontrar un profesional de confianza, ya sea a través del sistema de salud pública o mediante redes de apoyo privadas y asociaciones especializadas.

Caso de estudio: Un estudiante universitario en México, presentando indicios de ansiedad grave, fue derivado al área de orientación psicológica de su institución educativa por un amigo que observó comportamientos extraños. Esta rápida intervención hizo posible un diagnóstico y tratamiento a tiempo, evitando complicaciones más serias.

Autocuidado en tiempos de crisis

En caso de que estés pasando por una situación difícil, considera las siguientes recomendaciones:

Identifica tus sentimientos: aceptar que estás atravesando una crisis es el primer paso. Negar o suprimir lo que experimentas podría empeorar la situación.

Inhala y detente: técnicas de respiración lenta y profunda pueden contribuir a disminuir la intensidad emocional. Busca un lugar seguro donde puedas aislarte por unos momentos.

Evita el aislamiento: aunque tu impulso sea aislarte, intenta compartir lo que sucede con alguien de confianza. El apoyo social reduce el impacto emocional y facilita el acceso a recursos.

No hagas elecciones significativas: en momentos de crisis, las percepciones pueden alterarse. Aplaza decisiones cruciales hasta que haya más calma.

Instrumentos y materiales prácticos

Hoy existen diversas herramientas al alcance de todos para gestionar una crisis de salud mental:

Líneas telefónicas de ayuda: muchos países cuentan con números gratuitos de atención inmediata.

Apps para dispositivos móviles: aplicaciones como “Mindfulness” o “Meditación guiada” son útiles para gestionar la ansiedad y el estrés en momentos críticos.

Grupos de apoyo: asociaciones de familiares y usuarios de salud mental, tanto presenciales como en línea, permiten compartir experiencias y estrategias de afrontamiento.

Material educativo: informarse sobre salud mental a través de fuentes confiables (organizaciones sanitarias, centros universitarios) ayuda a identificar mitos y estigmas.

Soporte duradero y prevención

El manejo de una crisis no concluye en su punto más crítico. Es vital establecer un plan de respaldo a largo plazo para evitar desestabilizaciones futuras:

Asistencia médica y terapéutica continua: el seguimiento regular con profesionales es clave para monitorear avances y detectar recaídas.

Red de apoyo sólida: mantener contactos frecuentes con amigos, familiares o compañeros mejora la resiliencia ante futuras adversidades.

Autocuidados constantes: adoptar hábitos como la alimentación equilibrada, el ejercicio moderado y los horarios de sueño estables contribuyen a la salud emocional.

Sociedad Española de Psiquiatría menciona que los individuos con conexiones de apoyo activas presentan un 40% de reducción en el riesgo de sufrir crisis repetitivas.

La importancia de actuar ante la crisis

Las situaciones de salud mental son aspectos humanos que pueden influir en cualquier persona en algún momento. Lo esencial es identificar las señales, actuar con empatía y ser responsables, sin menospreciar la importancia del apoyo profesional y social. Fomentar lugares donde se dialogue abiertamente sobre salud mental es, asimismo, una manera efectiva de prevención y respaldo, quitando gradualmente el estigma que aún afecta a quienes padecen. Intervenir a tiempo, acompañar en silencio y crear conexiones hacia el apoyo profesional son acciones que pueden salvar vidas y ofrecer esperanza incluso en los instantes más desafiantes.

Por Otilia Adame Luevano

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