Nuestro sitio web utiliza cookies para mejorar y personalizar su experiencia y para mostrar anuncios (si los hay). Nuestro sitio web también puede incluir cookies de terceros como Google Adsense, Google Analytics, Youtube. Al usar el sitio web, usted consiente el uso de cookies. Hemos actualizado nuestra Política de Privacidad. Por favor, haga clic en el botón para consultar nuestra Política de Privacidad.

El fenómeno de ‘Parásitos’: claves de su éxito global

https://media.gq.com.mx/photos/5e163a93a3ee270008aa3501/16:9/w_2560c_limit/parasite-datos-de-la-pelicula-que-esta-ganando-todos-los-premios-dos.jpg

Parásitos, bajo la dirección de Bong Joon-ho, impactó el escenario del cine global en 2019 de una manera inesperada. Esta película de Corea del Sur no solo conquistó a los espectadores de su propia nación, sino que también logró resonar con audiencias de todo el mundo, rompiendo las barreras del idioma y la cultura que tradicionalmente restringen la difusión del cine internacional. La interrogante que surgió para muchos fue: ¿qué hizo que esta obra, entre innumerables producciones mundiales, se transformara en un éxito de alcance global?

Una historia universal enraizada en lo local

Uno de los factores determinantes del éxito de Parásitos radica en su capacidad para abordar temáticas profundamente locales –la desigualdad social surcoreana, la fragmentación entre clases y la aparente movilidad social– de una manera tan honesta y detallada que se vuelve universal. El relato se centra en la familia Kim, que representa la lucha de millones de personas alrededor del mundo por sobrevivir en sistemas marcados por la desigualdad. La familia Park, por otro lado, encarna el aislamiento del privilegio. Esta dicotomía, aunque situada en Seúl, podría extrapolarse a Ciudad de México, París, Nueva York o Buenos Aires.

Distintos estudios sociológicos subrayan que países con fuertes diferencias socioeconómicas encontraron en la película un «espejo incómodo», lo que elevó su resonancia fuera de Corea del Sur. El enfoque humorístico y, al mismo tiempo, trágico de Bong permitió que espectadores de diversas culturas pudieran verse reflejados en la trama, superando cualquier obstáculo lingüístico.

El lenguaje cinematográfico como puente cultural

Bong Joon-ho, famoso por su habilidad para combinar diferentes estilos cinematográficos, transformó a Parásitos en una experiencia visual y emocionalmente poderosa. La cinta transita hábilmente entre el drama, la sátira, el suspenso y la comedia negra. Esta capacidad de cambio capta la atención del público y desafía la narrativa convencional, sobresaliendo frente a otras películas actuales.

El empleo del espacio fílmico –la casa de los Park frente al semisótano de los Kim– es un recurso narrativo visual que trasciende palabras y permite comprender la jerarquía social sin necesidad de diálogos extensos. La utilización del color, la iluminación y el ritmo de edición se alinean para crear una atmósfera de tensión creciente que culmina en un impactante desenlace.

Críticos de cine de diversas naciones elogiaron su guion no convencional y su habilidad para asombrar a la audiencia, lo que se reflejó en la calificación casi impecable que mantuvo en portales de crítica especializada por varios meses.

El poder del reconocimiento internacional

Pocos meses después de su estreno, Parásitos arrasó en los principales festivales internacionales: ganó la Palma de Oro en Cannes y posteriormente –en un hito histórico– el Óscar a Mejor Película, Mejor Película Internacional, Mejor Director y Mejor Guion Original en 2020. Esta hazaña, inédita para un filme no hablado en inglés, abrió la puerta a una nueva percepción sobre el cine global.

Las estrategias de distribución y promoción fueron fundamentales. Los distribuidores en Estados Unidos, Europa y América Latina aprovecharon eficazmente el «boca a boca» y sacaron partido del interés del público por propuestas innovadoras, permitiendo que Parásitos llegara tanto a cines independientes como a comerciales. Aun sin el apoyo de las plataformas digitales predominantes de hoy en día, el film se mantuvo con éxito en los cines durante varias semanas, rompiendo marcas de taquilla para una película asiática.

Impacto cultural más allá del cine

El impacto de Parásitos fue más allá del cine. Desde la creación de memes virales hasta la inclusión en debates académicos sobre desigualdad, la película superó su rol artístico para convertirse en un impulso para discusiones sobre asuntos importantes. Profesores de sociología, economía y estudios culturales utilizaron escenas del largometraje para ilustrar la actualidad y complejidad de la lucha de clases en el siglo XXI.

Marcas globales y profesionales creativos de diferentes sectores se inspiraron en la estética del filme y sus símbolos –el peñón, la lluvia intensa, las inclinaciones de la casa– como referencias visuales para una narrativa novedosa sobre la modernidad urbana y sus paradojas.

El acceso generalizado a narrativas variadas

Parasite alcanzó un notable éxito mundial, mostrando el cambio en cómo se consume el contenido audiovisual en el siglo XXI. Debido al aumento de plataformas de streaming que ofrecen doblajes y subtítulos, las personas pueden ahora disfrutar de relatos de diversas regiones del mundo sin que el idioma sea un impedimento. El reconocimiento de los críticos logró eliminar las barreras hacia el cine en lenguas diferentes, despertando un creciente interés por el cine surcoreano y asiático en general.

La influencia de ‘Parásitos’

Al estudiar el alcance de Parásitos, queda evidente que su fenómeno a nivel internacional no fue un accidente ni resultado únicamente de una estrategia de mercado. Su éxito se basa en la universalidad de sus temas, la excelente calidad de su realización, y la manera en que conecta con el espíritu de una era caracterizada por la incertidumbre, el descontento social y la apertura hacia nuevas visiones culturales. Parásitos abrió para muchos la puerta a explorar otras cinematografías y comprender que las historias más destacadas pueden surgir de lugares inesperados, siempre que se cuenten con sinceridad y habilidad.

Por Otilia Adame Luevano

Te recomendamos